Hechos 2:36: “Por lo tanto, toda la casa de Israel debe saber con certeza que Elohím ha hecho a este Yeshúa, a quien ustedes ejecutaron, tanto Meshíaj como MarYah”.
Hechos 2:36
Texto en hebreo (basado en el texto fuente y traducciones):
יֵדַע בֶּטַח כָּל בֵּית יִשְׂרָאֵל כִּי אֶת יֵשׁוּעַ זֶה אֲשֶׁר צְלַבְתֶּם עָשָׂה אֱלֹהִים לְמָשִׁיחַ וּלְמַרְיָהּ.
Análisis Interlineal Palabra por Palabra:
יֵדַע – Ye-da – “Sepa”
בֶּטַח – Be-taj – “Ciertamente”
כָּל – Kol – “Todo”
בֵּית – Beit – “Casa”
יִשְׂרָאֵל – Yis-ra-el – “Israel”
כִּי – Ki – “Que”
אֶת – Et – [Marcador directo del objeto]
יֵשׁוּעַ – Ye-shu-a – “Yeshúa”
זֶה – Ze – “Este”
אֲשֶׁר – A-sher – “Que”
צְלַבְתֶּם – Tz-la-vtem – “Crucificaron, Ejecuraron a Muerte”
עָשָׂה – A-sa – “Hizo”
אֱלֹהִים – E-lo-him – “Elohím”
לְמָשִׁיחַ – Le-ma-shi-aj – “Al Mesías”
וּלְמַרְיָהּ – Ul-mar-yah – “Y MarYah”
Traducción Literal:
“Sepa con certeza toda la casa de Israel que Elohím ha hecho a este Yeshúa, a quien ustedes crucificaron, tanto Mashíaj como MarYah.”
Comentario Teológico sobre Hechos 2:36
En Hechos 2:36 , el apóstol Kefa (Pedro) concluye su discurso en Shavuot proclamando una revelación trascendental sobre Yeshúa HaMashíaj. Este versículo, rico en significado teológico, reafirma las siguientes ideas clave:
1. El reconocimiento de Yeshúa como Mashíaj y MarYah
El texto declara que Elohím ha hecho a Yeshúa tanto “Mashíaj” (Mesías) como “MarYah”. En el arameo del Peshitta, el término MarYah (מַרְיָהּ) es el equivalente directo del tetragrámaton יהוה (Adonái), y nunca se usa para referirse a nadie que no sea Elohím mismo. Esta declaración es contundente porque conecta directamente a Yeshúa con la divinidad. El apóstol afirma que Yeshúa no es solo el ungido prometido, sino que participa en la identidad de יהוה.
Significado:
- Mashíaj : Reconoce a Yeshúa como el Mesías prometido en el Tanaj, el Ungido de Elohím, cuya misión era traer redención.
- MarYah : Afirma su identidad divina, destacando su unidad con Elohím (Deut. 6:4 – “Adonái Ejad”).
Esto refuerza que la redención del pueblo de Israel no proviene de un líder humano o profeta ordinario, sino de Elohím encarnado como Yeshúa.
2. La soberanía de Elohím en el plan redentor
El verbo “hizo” (עָשָׂה – asá ) implica la acción soberana de Elohím al cumplir su promesa mesiánica. Aunque los líderes religiosos y el pueblo de Israel participaron en la muerte de Yeshúa, fue Elohím quien estableció su identidad como el Mashíaj y MarYah. Esto subraya que Su muerte no fue un accidente histórico, sino parte del plan eterno para la redención (Isaías 53:10).
3. Su Muerte y la responsabilidad de Israel
El texto confronta directamente a “toda la casa de Israel” con su responsabilidad en la muerte de Yeshúa. Sin embargo, este reproche no es condenatorio sino un llamado al arrepentimiento (teshuvá). A través de la obra redentora de Yeshúa, incluso aquellos que lo ejecutaron tienen acceso al perdón y la reconciliación.
Llamamiento a la Teshuvá:
- La proclamación de Kefa revela la gracia divina: incluso el pecado de rechazar al Mesías puede ser perdonado. Esto se alinea con la invitación universal de Elohím a la redención, como se expone en el siguiente versículo (Hechos 2:38).
4. Unidad del Mesías y Elohím: Doctrina del Ejad
El uso de MarYah para Yeshúa confirma su identidad como Elohím manifestado. La doctrina judía mesiánica enseña que Elohím es uno (Ejad), pero se revela en distintas k’numeh (manifestaciones o emanaciones), incluyendo al Hijo (Yeshúa) y al Ruaj HaKodesh. Yeshúa no es una entidad separada de Elohím, sino una manifestación de su esencia divina (Juan 10:30).
5. El impacto escatológico de la proclamación
Al declarar a Yeshúa como el Mesías y MarYah, Kefa anuncia que las profecías mesiánicas se han cumplido, pero también señala el inicio de una era escatológica. La venida del Mashíaj marca el comienzo de la restauración final de Israel y el establecimiento del reino eterno de Elohím (Isa. 9:6-7).
Conclusión:
Hechos 2:36 establece un fundamento doctrinal esencial para la fe mesiánica: Yeshúa es tanto el Mesías prometido como la manifestación divina de Elohím (MarYah). Este versículo desafía a Israel (y a todas las naciones) a reconocer su identidad y a responder con arrepentimiento y fe. La proclamación de Kefa no solo invita al pueblo a aceptar a Yeshúa como su Salvador, sino que confirma que la redención de Israel y el mundo es un acto soberano y amoroso de Elohím.
La divinidad del Mashíaj es clara en el texto arameo: Yeshúa es MarYah (Adonái יהוה), el Eterno encarnado, Redentor y Salvador, manifestando la unidad ( ejad ) de Elohím en plenitud.
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